BESTIAS


Lunes por la mañana. La misma mierda de cada día. Estoy rodeada por lo que parece un grupo de niños pequeños que compiten por tener un caramelo que saben que ninguno ganará. Los que tienen el poder se encargan siempre de detenernos, hecho que lleva a depresiones, entre otros, o en el peor caso el suicidio. Tal vez me haya equivocado con la comparación. Sí, parecemos criaturas, pero no somos como niños, somos como bestias. Los niños están llenos de sueños y de ilusión, a las bestias se las comen. A nosotros nos devoran. Poco a poco dejamos de ser personas. Somos cuerpos con almas prácticamente apagadas que vivimos para satisfacer a gente que ni es humana ni nos considera humanos a nosotros. Pasamos más horas juntos que separados, y no por motu proprio. Hace demasiado tiempo que he olvidado el significado de la palabra “libertad”. Como quien ha estado enamorado y tras una temporada olvida lo que había llegado a sentir. Y tristemente no somos los únicos. Formamos parte de un gran número de voces no escuchadas, voces que de hecho no hablan por miedo a hacerlo. Me estremece imaginar qué pasaría si lo hiciéramos. El terror psicológico se transformaría en violencia física. Y entonces ni bestias, ni almas apagadas, muertos en cuerpos que sobreviven.



Sílvia

Foto: Sílvia

0 comentarios:

Publicar un comentario